Cartas de Lectores

Quien roba y destruye una escuela, no cree en la democracia..!!

Cada mañana y especialmente los días lunes , cuando las auxiliares de los colegios entran al recinto, lo hacen con el miedo de que en la noche ladrones, rateros o como quieran llamarse , hayan entrado a saquear y romper el establecimiento  educativo, llevándose estufas, computadoras, televisores y  elementos de gastronomía con los cuales los auxiliares hacen las meriendas y las comidas para los chicos .

Ya la estadística dice que diariamente una escuela de la provincia de Buenos Aires es violentada, estadísticas del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, en lo que va del año se denunciaron 111 robos, lo que supone uno cada dos días. Y si se suman las denuncias por daños, hurtos e intimidación pública, en total son 266, más de un ataque por día. De todas maneras, desde el Ministerio aclaran que las cifras son inferiores respecto de años anteriores. En 2015, por ejemplo, hubo 181 robos y 441 actos de vandalismo.

Aun cuando desde el Diario Intendencias Buenos Aires ya hemos escrito algunas notas sobre las consecuencias de robar en una escuela, al parecer los ladrones no saben leer.

En lo que va del año en la Provincia de Buenos Aires se denunciaron saqueos, destrozos y agresiones de todo tipo. Las autoridades dicen que no se puede poner un policía por institución que falta un cambio cultural.

La escuela parecen cárceles cada puerta tiene llave. Cada ventana tiene rejas. Y a pesar de que levantaron un paredón más alto, ningún lugar parece del todo seguro.

Tomamos como caso testigo Jose C. Paz , donde desde el consejo escolar ,su directora Paola Denuchi, trabajan contra reloj cada semana para que los chicos no pierdan las clases, reparando, reponiendo y pintando ; sin contar las denuncia que se deben formular en la justicia que eso lleva mucho tiempo administrativo y con el presupuesto anual comprometido, ya que las partidas no se modifican; con lo cual hay que demostrar una gran capacidad de dirección organizativa para solucionar todos esos problemas.

Como una muestra la señora Paola Denuchi nos envió prueba de los destrozos y las denuncias echas a la justicia; ya que saben que dar batalla a la ignorancia de los ladrones se debe hacer utilizando todas las herramientas que la democracia tiene para defender la educación de los niños.

                                                

Estas son algunas de las escuelas paceñas afectadas por robos y saqueos; Ep 17 agrelo y lasalle, 20 carmen puch e/ pasteur y agrelo,24 calle  viena y castañeda, 501 calle jose c paz 2230; aun cuando existen muchas mas estas pocas sirven como ejemplo que a los ladrones nada los detiene.

Paola Denuchi y el concejo escolar de Jose C. Paz

Paola Denuchi nos dijo : “Cada año se incrementa  los robos en las instituciones educativas no solo de Jose C Paz , toda la provincia sufre estos echos, y aun cuando desde la gobernación envían partidas presupuestarias los echos de vandalismo superan cualquier expectativa; nosotros desde el consejo escolar ponemos toda nuestras fuerzas para que los chicos no tengan que pasar por el mal momento de no tener un plato caliente o un vaso de leche. Ademas del pedido es tan desesperado como el de los padres que necesitan de las instalaciones de los colegios para que sus hijos se alimenten”

Entre julio y agosto hubo robos en la Escuela 15 de Zárate (se llevaron computadoras y rompieron la heladera, pese a que ya había sido robada 20 días antes), en la Escuela Técnica 2 de Ituzaingó (forzaron un portón y se llevaron herramientas de un armario), en la Escuela 41 del Barrio La Granja, en La Plata; yen una escuela de Bosques, en Florencio Varela, de donde se llevaron los instrumentos musicales.

“Están robando por lo menos entre tres y cuatro veces por semana en el predio. Entran por los techos y arrancan directamente las rejas de las paredes”, relata Sebastián Mendizábal, coordinador de la orquesta de la escuela de Bosques.

Entre el 29 de julio y el 2 de agosto, dos escuelas secundarias de Mariano Acosta sufrieron incendios intencionales. Una de ellas -la Escuela N°23- no pudo volver a las clases después de las vacaciones de invierno, mientras que la otra -la Escuela N° 29- está intercalando los días de clases para sus alumnos porque no tiene aulas disponibles para todos. Fuera del Conurbano también pasa: en San Nicolás se robaron toda la comida que estaba guardada en la Escuela Remedios de Escalada, en el tercer robo en el mes que sufrieron.

Las consecuencias de los robos muchas veces repercuten directamente en la suspensión de las clases. Pasó en San Francisco Solano este año: en la Escuela 64 tuvieron que suspender las clases porque habían robado 7 veces en tres meses. Y en Villa Fiorito siete escuelas públicas también protestaron por los robos y decidieron dejar de dar clases. Pero están también los daños indirectos, relacionados con los robos a los docentes. “En mayo robaron en la escuela de Esteban Echeverría en donde doy clases -cuenta Cecilia-. Pero hay muchos casos de robos a docentes en la puerta de la escuela y compañeras con licencia por el trauma que les deja el asalto”, agrega.

Según los investigadores, en la mayoría de los casos actúa gente del barrio, que sabe en donde se guardan las cosas de valor. No hay bandas delictivas que se dedican a esto, sino que simplemente son robos buscando algún objeto de valor para revender. A veces solo es vandalismo.

«Vimos también cómo dos personas bajaron de una moto, y le arrancaron la cartera a una mamá que estaba tocando el timbre para entrar en la escuela. Los padres y los alumnos saben quiénes son los delincuentes, viven en el mismo barrio. Pero tienen mucho miedo por las posibles represalias», comentó una mama del municipio de Quilmes.

Además, la directora de la Escuela Secundaria N° 36, explicó: «Los chicos que roban en la escuela son menores, y no son nuestros alumnos. Entran para buscar algún objeto que luego revenden, con el objetivo de conseguir el dinero que les permita comprar drogas. Esta es una escuela de barrio, una escuela humilde. Tratamos de que las drogas no entren. Pero es casi imposible».

«Durante 2016, sufrimos un robo por semana. En las periferias no somos tan visibles como las escuelas céntricas. Y no sólo tenemos miedo por un robo en el edificio, sino también por los robos en los alrededores del colegio. Los ladrones se llevan las mochilas de los alumnos, las zapatillas», agregó Robles.

Con el mismo tono de preocupación se expresaron los padres que esperaban a sus hijos en la puerta de la Escuela Primaria N° 72 de Bernal. Durante el feriado del 25 de Mayo, ladrones robaron estufas y televisores del edificio que está ubicado en el corazón de un cordón fabril, a pocos metros del cruce entre el Camino General Manuel Belgrano y la avenida Zapiola. Allí, además, funciona la Escuela Secundaria N° 70.

Junto con sus dos hijos, Laura Vallejos -que vive a diez cuadras de la Escuela Primaria N°72- señaló «No veo que nos cuiden. Muchos alumnos vienen al comedor, y se robaron las cosas de allí. Es la primera vez que sufrimos tantos asaltos seguidos. Los vemos todos los días alrededor de la escuela».

Una mujer llamada Evelyn, que integra la comunidad educativa de la Escuela Primaria N° 72 y que vive cerca del Camino General Manuel Belgrano, indicó: «Siento miedo cuando mi hijo entra en un edificio al que también entraron los ladrones. Robaron las estufas y las computadoras».

Sonia -otra madre- también aguardaba por dos de sus hijos en la puerta de la Escuela Primaria N° 72. Y aseguró: «Vivo a tres cuadras del colegio. Me siento insegura, en el barrio y en la escuela. No podemos caminar tranquilos en estas calles».

Colegios saqueados

Por otro lado, la directora de la Escuela Primaria N° 78, Verónica Sarmiento, confirmó que, durante el fin de semana pasado, ladrones «saquearon» el colegio, en el que también se dictan las clases de la Escuela Secundaria N° 23.

Según detalló la docente, los ladrones «rompieron puertas, cerraduras y vidrios» para robar computadoras e impresoras. «No es la primera vez que entran. La alarma no funciona», dijo.

También en el partido bonaerense de Quilmes, pero en el barrio San Francisco Solano, delincuentes vulneraron los accesos del edificio al que asisten los alumnos de la Escuela Primaria N° 64 y de la Escuela Secundaria N° 65.

Marcela Pizarro, una de las vicedirectoras que trabajan allí, confirmó que los ladrones ingresaron dos veces -con una semana de diferencia-, el 25 de Mayo y el 1° de junio.

Para las autoridades del Ministerio de Educación provincial, la solución no pasa por poner un policía en cada escuela, algo que además es imposible. “Primero que no sería posible en términos de cantidad de agentes. Pero además no resuelve el problema más que a corto plazo. Hay que trabajar con toda la comunidad educativa y con los padres, porque en la mayoría de las veces los daños y los robos son cometidos por alumnos o ex alumnos”, dice Sergio Siciliano, subsecretario de Educación provincial.

Si Sarmiento pensó en la arquitectura de las escuelas como algo central de los planes educativos (“No solo debe reinar en ellas el más prolijo y constante aseo, sino también tal comodidad para los niños, y cierto gusto y aún lujo de decoración, que habitúe sus sentidos a vivir en medio de esos elementos indispensables de la vida civilizada”), da la sensación de que este nuevo modelo de escuelas con rejas, candados, agujeros de balazos en los vidrios y condiciones tan precarias son el preanuncio de un futuro complicado.

 

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