Gobernación Buenos Aires

La provincia controla fuertemente a los municipios

El  Fondo de Infraestructura Municipal 2017 avanza a paso demasiado lento, e incluso resta ejecutar parte del de 2016. Esto hace que la administración Vidal esté casi decidida a no implementarlo en 2018. Los porqués del retraso y el detalle de lo realizado, sección por sección.

El Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) 2017 fue bien distinto del de 2016. Y ese cambio generó incomodidades entre los intendentes, quienes estaban acostumbrados a manejar la plata a gusto y piacere, sin que nadie los controlara, sin que nadie les dijera cómo y cuándo. Si eso tensionó la relación, ni hablar de lo que puede suceder con la duda que se cierne sobre el FIM 2018. Más que en duda, en realidad está casi descartado: María Eugenia Vidal no lo tiene en sus planes para el año próximo.

La diferencia entre 2017 y 2016 es contundente y, a la vez, sencilla: este año, sin certificado de obra, no hay plata. “Para que nos giren el dinero hay que presentar los papeles que indican que la primera parte de la obra está terminada”, contó  un jefe comunal de la Quinta, y agregó que “con esto la Provincia se asegura que los fondos no se usen para otra cosa”.

Las palabras del alcalde, quien, a modo de anécdota, dijo que “muchos colegas pusieron la plata del FIM 2016 en plazo fijos”, se dieron a la salida de uno de los encuentros que encabezaron el sub-secretario de Gobierno y Asuntos Municipales, Alex Campbell, y el subsecretario de Desarrollo de Infraestructura Local, Luis Giménez, con los intendentes y/o funcionarios de Obras Públicas de cada uno de los 135 municipios (agrupados por sección).

En los ásperos cónclaves realizados en el salón Dorado de la Gobernación se repasó el estado de obras en la actualidad, evaluando la ejecución y certificación de las mismas, que, dicho sea de paso, vienen más lento de lo esperado. “Hay muchos municipios que no entregaron ni un solo certificado de obra”, comentó la fuente consultada, y se preguntó: “¿Habrá FIM 2018?”.

Más allá del interrogante que todos y cada uno de los asistentes se llevaron sin contestar, según se informó de manera oficial, teniendo en cuenta los fondos de 2016
y 2017, la Provincia destinó 13.500 millones de pesos para la realización de 1.744 obras. De ellas, 550 se finalizaron, 747 se encuentran en ejecución, 275 están en proceso de licitación, y algunas están en veremos.

En lo que respecta al fondo del 2017 en particular (el que reclama certificado para girar dinero,  hay que decir que la disponibilidad está asociada al permiso de endeudamiento de la Provincia, que generó en los hechos una sociedad con los municipios, delegando la responsabilidad ejecutora en los mismos.

En febrero de este año, la primera reunión significó la aprobación de 1.056 proyectos con una inversión de 8.500 millones. De entrada, en marzo, se transfirió el 30 por ciento; y transcurridos seis meses, el balance demuestra que se han finalizado 136 obras, por un monto superior a los 700 millones de pesos; existen 532 obras en ejecución, por más de 4.600 millones; y se esperan licitar en el transcurso de este mes y principios del próximo 260 obras, por 2.400 millones.

La proyección prevista, en base a la verificación que se realiza en el territorio mediante cuatro equipos de trabajo que llevan la tarea adelante en conjunto con los municipios, indica que para diciembre 2017 habrá obras contratadas en el orden de los 8.000 millones de pesos, y se estima tener finalizadas unas 400.

Entre los trabajos más importantes se resalta la refacción y ampliación de 75 centros de salud y hospitales; la extensión de la red de cloacas en más de 50.000 metros lineales; la construcción de más de 2.000 cuadras de pavimento y la repavimentación de otras 700; y la ampliación de ocho parques industriales.

EL ATRASO QUE LOS CONDENA

“La aplicabilidad del fondo es fantástica para darle soluciones a la gente. El compromiso con los municipios es de una sociedad de 136 accionistas, donde nosotros somos los que ayudamos a administrarlo y los intendentes lo ejecutan”, dijo el mencionado Giménez, tras ponerse cara a cara con los representantes de las comunas de la Tercera sección.

Además indicó que “hay que poner foco en que las obras se terminen. Es una decisión de María Eugenia Vidal. Donde se empieza una obra, se termina”; y destacó que “se trabaja con todos los municipios de la misma manera”.

El tema es que difícilmente esos proyectos concluyan este año. Casi todos los ejecutivos municipales están atrasados, y eso hace que indirectamente queden invalidados para reclamar por la implementación del Fondo de Infraestructura Municipal 2018, uno de los puntos que más interesan a los alcaldes y por el que llegaron ráudamente a La Plata al recibir la invitación de Provincia.

“Está fantástico el control que hace Infraestructura sobre cómo vamos avanzando con el fondo, ya que en algunos casos estamos atrasados en la certificación de obra, en otros con las obras propiamente dichas debido a cuestiones climáticas, y hay municipios que vienen complicados por las dos cosas”, reconoció el intendente  de Brandsen, Daniel Cappelletti.

La información a la que el alcalde boina blanca hizo referencia fue vertida en las seis reuniones llevadas a cabo entre martes y miércoles de la semana anterior, y para la ocasión se echó mano a un Power Point, en el que se mostró el mapa de la sección pertinente, el cual tenía cada uno de los municipios coloreados en verde, naranja o rojo, dependiendo del grado de avance de las obras.

El rojo y el naranja predominaron demasiado sobre el verde. Un panorama que lamentan los intendentes que lograron pintarse de esperanza, porque si el fondo no está el año que viene pagarán justos por pecadores. Es que las especulaciones previas llevan a concluir que los municipios van a tener para invertir mucha plata de lo correspondiente a 2017, e incluso algo de 2016. No habrá más hasta que no se termine de ejecutar lo ya acordado.

“En la Quinta, por ejemplo, de los veintisiete distritos que la conformamos, unos veinte aparecíamos en rojo, tres o cuatro en naranja, y sólo tres en verde”, dijo un intendente que explicó, al igual que varios otros de los “colorados”, que el retraso tiene que ver con las persistentes lluvias caídas entre marzo y agosto.

“Si se sigue a este ritmo, en diciembre se habrán certificado 3.500 millones, de los 8.500 totales”, sostuvo un radical del interior con respecto al FIM 2017. Aclaró que no son palabras suyas, sino que, simplemente, repite lo que Giménez les dijo en el cónclave en cuestión.

CONDICIONES Y CONDICIONANTES

“Sin el Fondo de Infraestructura Municipal, igual los municipios van a tener mucha obra para terminar en 2018, porque deberán finalizar las empezadas el año pasado y este año”, expresan, sin tapujos, en el Gobierno, y resaltan que “de los 13.500 millones quedan aproxi-madamente unos 5.000 sin ejecutar, los cuales serían devengados el año que viene”.

“No estás en condiciones de pedirme el Fondo de Infraestructura Municipal si la plata que te dimos en estos dos años no la gastaste; primero gastá la que tenés”, le dijo un ministro, como si le estuviese hablando a un jefe comunal. “No vamos a dejar de hacer obras, porque ése es nuestro caballito de batalla, pero tampoco vamos a asignar lo que no van a gastar. Antes de hablar de obras nuevas hay que terminar las iniciadas”, añadió.

De todos modos, en el Ejecutivo aceptan que el FIM va a ser parte de la negociación del presupuesto, porque incluso lo piden hasta los intendentes de Cambiemos. En público se reiterará eso de que todavía tienen para gastar recursos correspondientes a 2016 y 2017, excusa válida y verdadera. Para adentro, además, fundamentarán la negativa en que es imposible seguir atando el fondo a la deuda. Es decir, el endeudamiento no contemplará al FIM, y lo cierto es que no hay otra manera de conseguir ese dinero.

En lo concerniente a los alcaldes, a la hora de explicar los retrasos ponen sobre la mesa dos tipos de fundamento. El primero tiene que ver con el clima, que no les permite avanzar con las obras; y el otro está directamente vinculado con la plata que ya no está, sobre todo del FIM 2016, la cual llegó a los municipios sin certificados de obra mediante. La misma, reconocieron varios jefes comunales, fue destinada a otros menesteres. Adujeron, por ejemplo, que este año la Provincia se atrasa en el giro de fondos, que son coparticipables pero no por goteo, como la coparticipación directa. Entre ellos mencionaron, por ejemplo, los fondos Sojero y Educativo.

En la administración Vidal se atajan y afirman que ésa es otra discusión, y que el dinero del FIM, tal como su nombre lo indica, era para obras de infraestructura. La discusión está planteada, y la duda, también. ¿Existirá el FIM 2018? Todo parece indicar que no. Esto, por supuesto, no es sinónimo de ausencia de obras.

En diciembre del año que viene faltarán apenas meses para las presidenciales 2019 y, como es sabido, la obra pública es el caballito de batalla de Cambiemos. Tal vez la diferencia radique en que los municipios y sus intendentes ya no estarán en el medio, y los méritos y consecuentes beneficios (léase votos) sean exclusivos de María Eugenia Vidal, quien volverá a ser candidata, como mínimo a la reelección.

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