Policiales

20 años Jose Luis cabezas

Veinte años del homicidio del fotógrafo de la revista Noticias José Luis Cabezas, ninguno de los nueve condenados por el asesinato ocurrido el 25 de enero de 1997 en Pinamar sigue en prisión por ese homicidio. En tanto, siguen activas la mayoría de las empresas creadas por Alfredo Yabrán, el poderoso hombre de negocios que se salvó de ser condenado como instigador del crimen del reportero gráfico porque se pegó un escopetazo en la boca el 20 de mayo de 1998, cinco días después de que el juez de Dolores, José Luis Macchi, ordenase su captura como presunto autor intelectual del asesinato que conmocionó al país.

Actualmente, la familia del empresario vive en Uruguay y una de la que fueron sus firmas más importantes sigue a cargo de Héctor Colella, el ejecutivo al que Yabrán mencionó con las iniciales «HC» al designarlo su sucesor en la carta manuscrita que dejó en la habitación de una estancia de Entre Ríos.

Yabrán había dicho que sacarle una foto era como pegarle un tiro en la cabeza. Así quedó acreditado por una serie de testimonios que se incorporaron en la causa judicial que instruyó el juez Macchi.

«A José Luis Cabezas lo mataron por su trabajo», expresó el magistrado en una resolución que figura en el cuerpo 54 del voluminoso expediente que se instruyó por el homicidio del fotógrafo de la revista Noticias. En ese fallo, de casi 200 páginas, dictado en los primeros días de mayo de 1997, el juez dictó los procesamientos con prisión preventiva de los cuatro integrantes de la banda de Los Hornos y tres oficiales de la policía bonaerense.

Esa resolución fue la columna vertebral de la investigación judicial. El 2 de febrero de 2000, la Cámara Penal de Dolores condenó a esos siete sospechosos a prisión perpetua en el asesinato de Cabezas. A ellos, se le sumaron Gregorio Ríos, jefe de seguridad de Yabrán, y el comisario Alberto Pedro Gómez, jefe de la seccional de Pinamar acusado de liberar la zona para que los asesinos actuaran con impunidad.

Una cara que se hizo conocida

Al detallar los fundamentos de la sentencia, los jueces Susana Darling Yaltone, Raúl Begué y Jorge Luis Dupuy consideraron que Yabrán fue el principal instigador del homicidio para proteger sus intereses. Cabezas en su trabajo como fotógrafo de la revista Noticias consiguió la imagen del empresario que se rodeó de un ejército de custodios para mantener su anonimato.

Para los jueces, ni Ríos ni Prellezo tuvieron motivos para asesinar a Cabezas, debido a que el trabajo del fotógrafo solo molestaba a Yabrán. Los camaristas consideraron que Prellezo fue el autor material del homicidio y actuó instigado por Ríos. Mientras que los policías Sergio Camaratta, ex jefe del destacamento de Valeria del Mar, y Aníbal Luna, aportaron el arma y prepararon el terreno para concretar el homicidio. Con respecto a los cuatro integrantes de la banda de Los Hornos, Horacio Braga, José Luis Auge, Héctor Retana y Sergio González, los jueces consideraron que cobraron $ 4000 para seguir a Cabezas en Pinamar y secuestrarlo.

Prellezo fue el último de los condenados en recuperar la libertad. Si bien gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria en su casa de Los Hornos, el 30 de diciembre pasado la Cámara Penal de Dolores, le concedió la libertad condicional. Se recibió de abogado y escribano. Había sido detenido el 9 de abril de 1997. Le dieron por cumplida la pena el 8 de noviembre pasado.

Mientras que el ex jefe de Prellezo, en la comisaría de Pinamar, «la Liebre» Gómez, fue beneficiado con la prisión domiciliaria en 2010 y dos años más tarde le concedieron la libertad condicional. Actualmente, vive en Valeria del Mar.

En tanto que el ex policía Luna salió de la cárcel hace cinco años y volvió a su casa de General Madariaga, y según varios testigos desarrolla un nivel de vida que no coincidiría con sus ingresos como efectivo exonerado. Su compañero de causa, Sergio Camaratta, falleció hace tres años, en Valeria del Mar, donde estaba con prisión domiciliaria.

Ríos fue beneficiado por la denominada ley del dos por uno que computaba doble cada día de detención que un procesado pasaba en la cárcel sin que estuviera firme la sentencia en su contra. Así fue como el jefe de seguridad de Yabrán recuperó la libertad el 29 de octubre de 2008, cuando logró licuar la condena y transformó en 18 años de prisión los últimos 9 años que pasó detenido. Actualmente vive en Corrientes, donde administra campos de un amigos aunque no tiene vínculos con la familia Yabrán debido a que le inició un juicio laboral.

Braga salió de la cárcel en abril de 2005. Sigue viviendo en Los Hornos estudia Derecho y trabaja para un estudio jurídico. Auge sigue en Los Hornos y trabaja en un lavadero de autos, mientras que Retana falleció en prisión. González es el único que está en prisión, no por la muerte de Cabezas. Fue detenido en marzo de 2015 por integrar una banda que vendía drogas sintéticas.

Una transferencia enigmática

Con respecto a la familia Yabrán, su mujer, María Cristina, y sus hijos Pablo, Melina y Mariano se instalaron en Uruguay. La esposa reparte sus días entre Montevideo y una casa en la zona del «lomo de la ballena» en Punta del Este. Su hijos se dedicaron a emprendimientos inmobiliarios, especialmente en Carrasco, y tienen oficinas en el World Trade Center, de Montevideo.

De la mansión de los Yabrán en la calle Alvear, de Martínez, se supo que estaba a nombre de una empresa panameña y que, a pesar de que había sido puesta como garantía en el juicio civil que le hizo la familia de Cabezas, fue ofrecida a la venta por US$ 14.000.000.

Colella quedó a cargo de la empresa de clearing bancario de Yabrán, le cambió el tradicional amarillo que identificaba a la firma por el verde. Mientras que los dos contadores de mayor confianza del empresario siguen vinculados a la familia e impulsaron la reconversión del grupo y reingeniería de las empresas.

El expediente que instruyó la jueza de Gualeguaychú Graciela Pross Laporte, que investigó las circunstancias de la muerte de Yabrán, quedó incorporado en la causa Cabezas y constituyó el elemento fundamental para terminar la acción penal contra el empresario.

No obstante, tres meses después de la muerte, apareció una enigmática transferencia de dinero desde una cuenta que Yabrán tenía en Luxemburgo y que llegó a un banco en la Argentina. Lo curioso del hecho era que el único que podía hacer esa transferencia era el propio Yabrán. Aunque después se comprobó que el movimiento de dinero fue concretado por uno de los contadores.

Gladys Cabezas

La impotencia y la tristeza son las mismas de siempre. No importa el paso de los 20 años. Pero a pesar de los duros golpes recibidos desde ese fatídico 25 de enero de 1997 cuando su hermano José Luis fue cobardemente asesinado, Gladys Cabezas mantiene las fuerzas para luchar. No quiere bajar los brazos. No piensa rendirse en la búsqueda de un país mejor para sus hijos y sus nietos. Mientras preparaba la apertura en La Plata de una muestra homenaje para su hermano, el reportero gráfico asesinado en General Madariaga, Gladys Cabezas habló con el Diario Intendencias BA  sobre ese homicidio que cambió para siempre a su familia y al país.

-¿Qué sensaciones tiene veinte años después del homicidio de su hermano?

-La sensación siempre es la misma: impotencia. Impotencia porque el crimen quedó impune y porque nadie cumplió la condena. Este año, al cumplirse el vigésimo aniversario, en diferentes muestras queremos mostrar y recordar cómo era José Luis, pero no sólo como fotógrafo.

– Bronca e impotencia. ¿Por qué? ¿Contra quién?

-Porque todos los culpables están libres. Ninguno cumplió la condena que les habían impuesto. Todos recibieron beneficios.

-Hace unos días se conoció la noticia de que Gustavo Prellezo, condenado a reclusión perpetua, fue beneficiado con la libertad condicional. ¿Cómo reaccionó al enterarse?

-Fue una tristeza muy grande. Como familia sentimos que no nos cuidaron y que en la Argentina matar es muy barato. Mi papá [José] se murió de tristeza, nunca pudo soportar lo de mi hermano. Todo es muy triste: le dieron el beneficio de la libertad condicional a Prellezo, que fue el que hizo todo, el gran actor que armó todo para matar a mi hermano. Es una asesino que no cumplió la pena.

-¿Qué opina de la Justicia?

– Siento que tenemos una justicia pobre.

-¿De dónde saca fuerzas a pesar de la impotencia?

– Mi tristeza la quiero usar de forma positiva. A pesar de todo, intentó luchar por un país mejor. Quiero dejarles un país mejor a mis hijos y a mis nietos.

-¿Cómo recuerda a José Luis, su hermano?

– Era bueno, muy bueno y compañero. Era un laburante que creció en una familia con códigos.

 

 

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