La donación de mujeres solidarias a los Banco de Leche Humana.
Un Banco de Leche Materna es un servicio especializado, responsable por la promoción, protección y apoyo a la lactancia materna. Realiza actividades de recolección del excedente de leche de la madre que amamanta, la procesa, controla su calidad, la clasifica, conserva y distribuye. De esta manera ayudan a salvar la vida de muchos bebés prematuros que no pueden ser amamantados por su propia madre. También lleva adelante investigaciones, así como actividades de desarrollo tecnológico, información y educación.
En 2011 se impulsó la conformación de una Comisión Técnica Asesora en Bancos de Leche Materna (Res. 2208/2010). Desde entonces se crearon cinco bancos en las provincias de Buenos
Aires, Chaco, Córdoba, Mendoza y Ciudad de Buenos Aires. En el año 2012, fueron asistidos 3.634 bebés, con 2.137 litros de leche materna, recolectados de 1.456 donantes.
En la actualidad el Ministerio de Salud de la Nación plantea el trabajo de los Bancos de Leche Materna dentro de una Red definida entre maternidades cercanas que posean Centros de Lactancia Materna.
Los hospitales pertenecientes a la Red, a su vez, serán beneficiarios de la leche procesada en los Bancos y podrán utilizarla, de acuerdo a prioridades y protocolos, para alimentar a los recién nacidos internados que la necesiten.
Puede ser donante cualquier madre que tenga leche en abundancia y apruebe una serie de condiciones(similares a las requeridas de un donante de sangre).
La leche materna procesada es empleada para alimentar a bebés que no pueden recibir leche de su propia madre. La administración de leche materna resulta particularmente eficaz para alimentar a los Recién Nacidos de Riesgo, ya sea por su prematurez extrema, su bajo peso al nacer u otra variedad de razones.
Karin Treutel estaba embarazada de Kiara, su primera hija, cuando se enteró por Facebook de la existencia del Banco de Leche Humana (BLH) de la Maternidad Sardá. Así, supo que estaban buscando mamás que quisieran sumarse como donantes y enseguida se puso a averiguar los requisitos. «Pensé: ‘Qué buena idea. El día que pueda, voy a donar´. Consulté y me dijeron qué papeles tenía que mandar para que me dieran el apto médico», recuerda Karin, que tiene 32 años y es veterinaria. Y agrega: «Con un poquito de esfuerzo, podes ayudar a salvar la vida de los bebes prematuros que están internados».
Cuando Kiara nació (hoy la beba tiene un año), le costó subir de peso. «Estaba veinte minutos en cada teta y se dormía. Aparentemente, no tomaba lo necesario», cuenta su mamá. «Cada tres horas empecé a sacarme la leche que me sobraba y se la daba después, de a poquito, con mamadera. Así, ella empezó a engordar un montón y yo a producir cada vez más».
Entonces, se contactó de nuevo con la Sardá y se sumó como donante. En los frasquitos esterilizados que le daban, acopiaba la leche que se extraía en el freezer. Los lunes a la noche, personal de la institucional pasaba a retirarlos por su casa, en Olivos. «Después del parto y de dormir tres horas seguidas, uno termina exhausto. Que me ofrecieran pasar por casa me facilitó un montón la donación, porque ir hasta allá con la conservadora y los frascos que pesan un montón hubiese sido muy difícil para mí», dice Karin.
Ubicado en Parque Patricios, el BLH de la Maternidad Sardá es uno de los seis que existen en nuestro país (el resto están en las provincias de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Mendoza y Neuquén). Se trata de servicios especializados, responsables de promover, proteger y apoyar la lactancia materna. Dependen de un hospital y son los intermediarios entre la leche materna que reciben en donación y los bebes prematuros que la reciben.
Roxana Conti es pediatra, neonatóloga y jefa de la Unidad de Promoción y Protección de la Salud de la Sardá. Asegura que el BLH cumple un rol «muy importante». «El de esta maternidad fue el segundo que se creó en el país (después del de La Plata). Es un lugar cuya primera función es la promoción de la lactancia y el apoyo a las mamás donantes, porque para tener un banco de leche necesitamos de ellas», sostiene la médica. Explica que esa leche va destinada a la población de bebes prematuros de la institución, cuyas mamás por distintos motivos no pueden brindársela.
Los requisitos para donar
El banco de la Sardá conserva, por un lado, la leche de las mamás que tienen a sus hijos prematuros internados: estos comienzan a alimentarse con muy pequeños volúmenes, por lo que el excedente extraído puede congelarse, y luego ser procesado y pasteurizado para que ese bebe, u otro, lo reciba. Pero, además, se guarda la leche de otras mujeres que, como Karin, se acercan a la institución para ofrecerse como donantes. «La mamá donante no necesariamente tiene que haber tenido a su bebe en la Sardá. Cualquier mujer de la comunidad que desee donar leche y reúna los requisitos, puede hacerlo», subraya Conti.
¿Qué requisitos necesitan cumplir las mujeres donantes? Ser sanas (deben tener exámenes de sangre negativos para HIV; Hepatitis B y C; VDRL; chagas y toxoplasmosis); no tomar alcohol, fumar, ni consumir drogas; alimentar a sus bebes con leche materna de forma exclusiva y tener algún exceso en la producción de leche.
Desde la Sardá, se les da las facilidades para que puedan extraerse la leche en su domicilio y guardarla en el freezer, en frasquitos estériles que les son administrados y que deben rotular. Luego, un móvil de la institución va a domicilio a retirarlos.

«Una vez que esa leche viene al hospital, los técnicos la descongelan, la analizan, ven que cumpla con un bajo contenido de bacterias y luego se hace la pasteurización. De esa manera, nos aseguramos que sea segura desde el punto de vista bacteriológico para los bebes», detalla Vanesa Valls, nutricionista y jefa del Centro de Lactancia Materna y del Banco de Leche de la Sardá.
Según Valls, la cantidad de donantes activas que tiene el banco, es variable: «Solemos tener entre 10, 15 y 20. Las mamás donan por el período de tiempo que ellas quieran. Cualquier volumen de leche nos sirve y estamos para acompañarlas y ayudarlas en esta decisión». Y agrega: «Hoy estamos pausterizando tres veces por semana: llenamos 34 biberones de 200 mililitros cada vez. Así, aseguramos la alimentación de los bebes prematuros menores de 36 semanas que nacen en nuestra institución hasta el primer mes de vida».
Actualmente, Karin está embarazada de seis meses. Cuando nazca su bebe, quiere volver a ser donante. Además, su hermana, que hace poco fue mamá, también quiso sumarse. «Como la bebe de ella todavía está en neonatología, le empezó a sobrar leche porque tomaba poco. Le dije que no tirara ni una gota, que lo done, que hay un montón de bebes que la necesitan», cuenta Karin.
Para ella, la satisfacción de ser donante es «increíble». «La leche materna no la produce ningún otro animal, solo nosotras. Es súper exclusiva de nuestra especie: todos los anticuerpos y los mecanismos de defensa que tiene para proteger al bebe, más si es prematuro, no se pueden suplantar de otra forma», dice. Y concluye. «No podés comprar en el súper un sachet de leche materna. Ésta es la única manera de conseguirla. Así que está buenísimo».
Para saber más
Aquellas mamás que esté amantando a su hijo, que consideren que tiene un exceso de leche y quieran donar, pueden contactarse con la Maternidad Sardá al (011) 4943 5580/5028 (int. 7154). Luego de una entrevista, se les explica la manera de extraerse leche manualmente, entregándoseles un kit para que lo hagan en su domicilio, con frasquitos estériles que deben rotular y guardar en el freezer. Se puede coordinar con el BLH el retiro a domicilio. Más información: facebook.com/blhramonsarda
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/2049687-despues-de-ser-mama-decidio-donar-leche-para-ayudar-a-otros-bebes